Cuando me llega el sueño, los objetos de mi escritorio se frotan las manos, porque saben que durante unas horas dominarán su espacio, y no podré usarlos a mi conveniencia, sino que disfrutarán de una libertad que durante el día les es imposible obtener. Cuando me llega el sueño, veo sombras que comienzan a moverse reptando y difuminando sus contornos,…
Se acostumbró desde muy pequeño a pedir lo que necesitase. “Anda, dime que me quieres”. Desde pequeño escuchó siempre a su lado, la reconfortante frase: “Te quiero mucho, mucho”, aunque le resultara algo monótona en el tono. Pero él se sentía atendido por aquella voz y en determinadas noches era lo último que escuchaba antes de conciliar el sueño. Una…
El zorro quiere ser mi amigo, pero yo no le dejo. Me doy dos vueltas seguidas y quedo casi como estaba. Respiro con pesadez; tanto, que me oigo a través de mi cuerpo, como si viviera al otro lado. No le doy razones, ni le explico, pero intuyo que él sabe. Me conoce de otras veces. Yo también a él.…
Le fascinaba la soledad. Pero amaba aún más la coherencia. En el desierto, lo alcanzó un beduino que caminaba en su misma dirección. Tuvo que matarlo. Sin poderlo evitar.
Cuando amenazaste con que me dejarías, no te creí. Aun así, me dejé inundar por un completo abatimiento. Pero acerté. Mi intuición nunca me falla. Porque jamás te fuiste. Maldita.
La cerillera se moría de frío en la noche invernal. No había vendido nada, por lo que estaba de muy mal humor. Un niño, que pasaba con su padre de la mano, le arrojó en la faltriquera un soldadito de plomo viejo con el que iba jugando. Lo miró y lo palpó con los deditos que asomaban por los mitones.…
Aquella noche, el mar embistió con crueldad lanzando contra la roca oleajes, arenas, maderos. Duramente golpeada por el temporal, dejó caer algún fragmento, pero con paciencia lo soportó todo. Como siempre, continuó creyendo que era bueno, manso y fiel, pero que algunas noches se volvía loco, y se rebelaba contra ella, agrediéndola hasta en lo más íntimo. Nunca ha podido…
Fue un mal salto. Ahora lo sabes bien. En este instante, cuando los espasmos de dolor te acometen por todo el cuerpo, lo sabes bien. Te mareas de tanta sangre como pierdes, pero te das cuenta de que sí: fue un mal salto. No obstante, sabes de sobra que no fue tuya la culpa, que te pasaste un buen rato…
Pasado el año fotográfico en exclusiva, después del inicial en que se compartía imágenes y escritos, es muy probable que el ritmo perfecto para mis expectativas sea éste que el nuevo año inaugura. Fotos, a lo largo de seis días de la semana, alternando retratos con mis fotos habituales. Y el domingo, a modo de descanso visual, un pequeño cuento,…
Es bien triste que me pase siempre. No sé qué ven en mí, que se quedan de inmediato rígidos, inmóviles, petrificados. Se morirán de amor o de admiración, no sé, o… simplemente los mato de alguna forma. Algo que me irrita en lo más hondo, pues no hallo más compañía que mi alargada sombra. ¿Qué verán en mí? ¡Lo que…