¿En qué estará pensando? Llevo sin moverme de este barracón más de un mes. Y justo ahora que estaba listo el plan de fuga y que el túnel estaba seguro, bien consolidado la semana anterior, el hombre va y se desentiende. La verdad, no sé a qué está esperando. Había llegado al punto en que todo estaba listo para que…
Me has rechazado tantas veces… ¿Por qué intentarlo de nuevo? Otra humillación más, no sé si la soportaría. Claro que, por otro lado… Mi amor por ti brotó puro, ausente de toda violencia inicial. Y nunca quise emplear mi poder para que me vieras con buenos ojos. Pero, dado que no te gusto, que me respondes desabrida y asqueada, y…
El orgullo te pudo. Lo afirmaste siempre, cuando nos contabas el episodio, y yo te creí cada vez que lo repetías. Te conocía bien, a pesar de tus intentos para evitarlo. A tus veinte años recién cumplidos, tenías un futuro prometedor. En un país cuya posguerra duraba más de lo habitual, tú sabías leer y escribir, y habías dejado atrás…
Animado por la lectura de Cortázar, me propuse escribir varios manuales narrativos sobre cómo hacer muchas cosas, las más importantes, las únicas que podrían servir, las que nos hacen valorar la vida: oler una flor andina, acariciar a los hijos que están por venir, adivinar la intensidad de las tormentas, medir cuánta belleza atesora un trigal, intuir científicamente el dolor…
Desde el inicio, ya empezó a preguntarse por todos los porqués. A la altura del noveno, tuvo la impresión de que iban a ser muchos, y todos ellos consistentes, sólidos, deterministas. A la altura del octavo, se acordó de sus padres: maltratadores, ausentes, indiferentes. A la altura del séptimo, aparecieron varias de sus novias: pragmáticas, egoístas, inconstantes. A la altura…
No habiendo podido decidir sobre su imprevisto nacimiento, y sin haber tenido nada que ver en la decisión de venir a este mundo, se dijo que desde el mismo instante en que la luz impactara en sus ojos, no dejaría de decir que no a todo, a todo. Primero, lloraría y lloraría, para desesperación de sus padres, familia y vecinos.…
La empresa obtuvo el encargo de su vida: crearían unos módulos de inteligencia artificial con una capacidad extraordinaria, que supondría un avance exponencial en la carrera por la autonomía de las máquinas. Sin apenas tiempo para creérselo, y ebrios por los presupuestos que les habían concedido, los ingenieros de quienes partió el proyecto se pusieron enseguida a la tarea, y…
Siempre quise ser breve, pero las cosas se me torcieron desde el inicio. Planté un libro, pero acabé aceptando el encargo de una serie divulgativa de 30 títulos, que me ocupó dos décadas. Tuve un árbol, pero las semillas se extendieron con facilidad por toda la finca que, aunque no era pequeña, enseguida se abarrotó de ejemplares que ocultaban la…
Amanece. Otro día más. Tu mano apaga el móvil, con su alarma. Te desperezas. Das un beso leve a tu mujer, que aún se quedará un rato más en la cama. Te levantas. Sentado en la cama, piensas algo unos instantes. Banalidades del día. Vas al baño. Te pesas. Te encoges de hombros. Preparas el desayuno. La radio te acompaña,…
Muere tu padre. Lo intuías desde hace varias noches. El rapidísimo proceso de degeneración te ha dejado sin capacidad para asimilar cuanto te sucede. Pero lo has antevisto con precisión de cirujano, el mismo que te dijo que ya no se podía hacer nada por él. Agradeces que su dinero haya permitido los cuidados de que gozó antes de irse.…