¿En qué estará pensando? Llevo sin moverme de este barracón más de un mes. Y justo ahora que estaba listo el plan de fuga y que el túnel estaba seguro, bien consolidado la semana anterior, el hombre va y se desentiende. La verdad, no sé a qué está esperando. Había llegado al punto en que todo estaba listo para que me fuera, pero este parón tan largo me ha descolocado por completo, y me está volviendo loco. Es verdad que alguna vez el ritmo había bajado antes, e incluso se había detenido, como ahora, que lleva más de un mes sin saber qué va a pasar con mi vida. Igual su reciente divorcio tiene relación, pero no creo, porque cuando nació su hija, sólo detuvo su teclear unos días; la vez que más, cuando murió su padre, una semana. Pero ahora… Es que ni al ordenador se acerca. Y la novela ya había superado las 300 páginas antes de parar. Esta vez, soy pesimista. Y ya lo veo venir, acabará echándole la culpa a lo primero que le venga a mano: a la ex-mujer, a los vecinos, al gobierno, a las tensiones internacionales; a la inspiración, a la musa… Incluso a que la historia ya no le convence. ¡Quién sabe! Pero yo, mientras, aquí, en el barracón del principio, sin poder huir, sin poder moverme a ningún lado, sin poder decidir… Aunque, ahora que lo pienso…

Del libro inédito Micrólogos