Después de tanto, al fin me tocas. Pero estoy sin afinar. No hay sintonía. Las manos no llegan al pulso que requiero. No hay dirección ni ritmo sostenido. Las miradas no convergen, disuenan en el tiempo. Noto tu deseo, pero no llega a suscitar el mío. Creo que hoy da lo mismo que me imagines cuerda, viento o percusión. Ni…
Hubo un tiempo en que yo miraba al mundo desde abajo, desde mis ojos asustados y penetrantes; en que las órdenes llegaban a cada instante, y siempre desde arriba; en que jugaba pegado al suelo (a las canicas, a hacer carreras de chapas sobre circuitos de tiza, a la rayuela, incluso) y sin poder ver más allá; en que los…
Vaya por delante que yo no conocí a Georges Berr. Pero hubo quien me contó su historia. Fue su mujer, en el sur, en un pueblecito costero muy turístico llamado Palavas-les-Flots, al lado de Montpellier. Lo recordaba con tristeza, pero también con orgullo. Murió muy joven. Vivió poco, pero cada día con mucha intensidad. Lo aseguraba ella, que lo conoció…
Después de tantos sacrificios, tantos besos, tantas súplicas, tantos intentos por reconducir la situación, terminé enterándome de que, en efecto, como me anticiparon, ella tenía un amante. Casi enloquecí y tardé un día entero en reaccionar. Aun así, logré reponerme. La curiosidad me abrumaba. Debía saber quién era, por qué él y no otro, qué intenciones albergaba con ella. Un…
Regreso hoy al lugar donde me examiné en mi oposición. Quiero echarle un último vistazo emocionado. El edificio va a ser demolido en breve. No debo ocultar que por mediación del departamento que presido, la Concejalía de Urbanismo. A veces, uno debe tomar decisiones difíciles, por el cargo que ostenta. Pero hace tiempo que me vengo diciendo que le debía…
La sentencia ha sido firme: culpable. Yo ya lo sabía, lo supe siempre. Me arriesgué, asumiendo las consecuencias. Pero hay cosas que no se pueden elegir: van con uno mismo, o eso quiero pensar. Culpable sin atenuantes de posesión de libros de papel, de una impresionante biblioteca de más de doscientos ejemplares. Todos ellos, ejemplares raros, prohibidos, ocultos durante años…
Cuando el hombre del sombrero le dijo que venía a reclamar la deuda contraída con sus jefes, tantas veces demorada, el padre de familia se echó a sus pies, gimiendo, señalando lo destartalado del apartamento, la condición casi indigente de su familia, que contemplaba la escena en un silencio aterrorizado, sobre todo, los niños. El hombre se quitó el sombrero,…
Acabo de salir. No entiendo nada. Hay demasiado ruido. El sol no es tan brillante como esperaba. La gente corre demasiado. Los coches son más largos, resplandecen. Hay escaparates por todos lados. Las calles son más anchas. Las personas no me miran, aunque yo miro a las personas. La mayoría sólo merecen un vistazo. Pero con algunas lo hago fijamente.…
Acabo de romper hoy mismo con mi psicóloga. Definitivamente. La llamada de teléfono ha sido dura, pero determinante. Y ya sé que lo hemos hecho con anterioridad, pero esta vez, seguro, es la última, la de verdad. Como reza el dicho: “no aguanto más”; no sé si ella tampoco, pero en lo que a mí respecta, se acabó. Los motivos,…
Sí, sí, tejo. Lo que hago es tejer. Siempre tejí. Desde pequeñita, cuando mi abuela me enseñó. Sí, mi abuela. Mi madre no podía, pobrecita; éramos siete, ¿qué tiempo iba a tener ella? Pero siempre me gustó. Aquellas manos largas y huesudas eran mucho más hábiles que las mías, regordetas y chiquitas. Pero nos entendíamos bien. Y cuando había algún…