AQUEL TIEMPO EN QUE FUI PEQUEÑO (MICRORRELATO)

Hubo un tiempo en que yo miraba al mundo desde abajo, desde mis ojos asustados y penetrantes; en que las órdenes llegaban a cada instante, y siempre desde arriba; en que jugaba pegado al suelo (a las canicas, a hacer carreras de chapas sobre circuitos de tiza, a la rayuela, incluso) y sin poder ver más allá; en que los mayores de clase se cebaban con mi pequeñez y mi expediente, haciéndome rodar por el suelo; en que mis miedos infantiles acababan casi siempre debajo de la cama o de la máquina de coser de mi madre; en que todo el mundo era más alto que yo, y me mortificaba mirar a todos desde el lugar más próximo al suelo, con el ceño fruncido mientras destilaba un inagotable rencor. Hubo un tiempo en que yo fui pequeño, bajito, débil e infeliz. Pero ese tiempo ya pasó. Y aunque sigo siendo bajito, débil e infeliz, he de afirmar con orgullo que ya no soy pequeño, sino muy mayor, y miro a todos desde las alturas. Ahora todos obedecen mis órdenes. En mis ficciones, todos mis personajes me obedecen. Todos, sin excepción.

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