“ENCICLOPEDIA DE LA IGNORANCIA”, DE KATHRIN PASSIG Y ALEKS SCHOLZ

Seguramente, la mayoría conoceréis las intervenciones de personas como Jesús Quintero o Arturo Pérez-Reverte criticando la situación de la ignorancia actual comparándola con la que había hace décadas. Según nos recuerdan sus palabras -inmortalizadas en internet- nunca como ahora la ignorancia ha campado por sus fueros. Siempre la hubo, nos comentan, pero antaño iba asociada a la vergüenza de no poseerla, bien por no haber podido estudiar, por las circunstancias, etc. El problema hoy es que no sólo ha aumentado proporcionalmente al número de personas con estudios, sino que la vergüenza se ha trocado en una especie de orgullo en “sentirse así”. Y ésa es la diferencia. Ése, el problema clave.

A primera vista podría pensarse que este libro podría ir de eso. Pero, no. Nada que ver. Esta Enciclopedia de la ignorancia trata, como bien reza su subtítulo, de “cuestiones para las que aún no hay respuesta científica”. Y se pensará a renglón seguido que para tratar de todo aquello que desconocemos harían falta miles de volúmenes inacabables, y no un volumen con apenas 300 páginas. Pero, tampoco. Este libro trata de aspectos que nos parecen muy cotidianos y en apariencia sencillos y “explicados” ya, pero que ¡oh, sorpresa!, resulta que no, que no sabemos mucho de ello, y por eso tiene derecho a figurar en esta obra, escrita al alimón por una periodista, directora de la agencia ZIA (Kathrin Passig), y un astrónomo especializado en estrellas y planetas (Aleks Scholz). Alemanes, ambos.

El libro está articulado en 42 capítulos, cada uno dedicado a un asunto o “problema” sobre el que hay demasiada controversia, demasiadas hipótesis, demasiado barullo y demasiado desconocimiento en definitiva para poder hablar de algo “bien explicado”. La inclusión de algunos de esos apartados nos parecería muy lógica (por ejemplo: Curva de Laffer, Cúmulos globulares, Materia oscura, Suceso de Tuguska o Rotación de las estrellas), aunque curiosamente son los más aburridos y menos interesantes. La diversión comienza paradójicamente cuando los capítulos se titulan de otro modo más habitual (por ejemplo: Agua, Bostezo, Dinero, Eyaculación femenina, Follaje otoñal, Miopía, Olfato, Resfriado, Sueño o Vida).

Ah, nos diremos, pero ¿no sabemos nada del agua? Y la miopía ¿no está suficientemente archidiagnosticada y tratada más hoy que nunca? Y ¿realmente desconocemos los mecanismos del olfato o del bostezo? ¿Y…? Pero claro que sabemos muchas cosas, muchas. Pero lo más original que plantea esta obra es que incide sobre lo que NO sabemos con rotundidad, y al ponerlo así ante los ojos del lector ilumina el estado de la cuestión. Ésa es la principal cualidad de este delicioso libro de divulgación, comunicarnos en qué punto se hallan las investigaciones de determinados temas que no constituirían discusión alguna para el ciudadano corriente. Pero, sí, sí que faltan muchas cosas sobre las que no se dispone de certeza alguna. Ahí van diez muestras para engolosinar al personal.

1. El agua es clave para la vida en la Tierra. Pero sus tres estados (sólido, líquido y gaseoso) muestran un comportamiento muy diferente, caprichoso e inaprensible en cada uno de ellos, y gran parte de la culpa de ello se debe a las características de su molécula, cuyos elementos enlazan con facilidad, pero son muy inconstantes en sus uniones, por lo que puede formar todo tipo de estructuras
2. América fue poblada por los humanos muy tarde. Ésa es la única certeza, pero no se tiene evidencia absoluta del cómo y del cuándo. Cuando surge una teoría convincente, acaba siendo arrumbada por otras pruebas que la invalidan
3. Del bostezo se saben muchas cosas, pero en lo que coinciden todos los científicos es que está muy difundido entre los animales y que tremendamente contagioso. En todo lo referido a las causas y las circunstancias en que aparece, nada está claro
4. El dinero es en apariencia una cosa sencilla, pero si se le pregunta a los expertos, éstos difieren, sobre todo en las tres preguntas básicas: “¿Qué es el dinero?”, “¿Cuánto dinero existe?” y “¿Qué efectos produce el dinero?”
5. Sólo desde hace pocos años se considera indiscutible la existencia de la eyaculación femenina, pero los detalles, su función, su composición, su origen, etc. siguen sin estar claros
6. Todos conocemos la variedad de tonos ocres y rojizos que las hojas toman en otoño, antes de caer. Pero ¿por qué se toma la naturaleza tantas molestias e invierte tanta energía en la protección de unas hojas que al final van a caer?
7. Se conoce bien en qué consiste la miopía y los mecanismos por los que podemos oler. Pero no las causas de que unas poblaciones tengan mucha miopía y otras no, ni sus orígenes. Ni tampoco está claro por ahora cuál es el mecanismo de la interacción entre las moléculas olorosas y los receptores
8. Por lo que respecta al resfriado, pese a lo común de su existencia y las facilidades para investigarlo, se sigue sin saber cuándo y por qué se resfrían las personas, cómo se adquieren los agentes patógenos
9. Sobre el sueño, sus causas y sus funciones, hay muchas hipótesis, y pocas certezas. ¿A quién beneficia el sueño? Porque hasta hoy no se ha podido documentar ningún proceso de reparación ni confirmar los buenos motivos que quienes soñamos seguro que tenemos para tal tarea
10. Incluso hoy en día se desconoce absolutamente todo lo relativo a cómo surgió la vida sobre la Tierra, y a pesar de los avances seguimos tan lejos como los griegos de la respuesta definitiva

Y así, hasta 42 asuntos, algunos de ellos fascinantes.

Cuando antes hablaba de diversión, no estaba usando una metáfora. El libro es francamente divertido, y con un uso de la ironía que para sí quisieran muchos articulistas o tertulianos a sueldo de algunos medios. Comencé a leerlo con cierto escepticismo que se diluyó ya desde el momento del prólogo. Al acabarlo, me he sentido más inculto aún, lo admito. Pero me parece que me ha quedado más clara ahora la causa de que cuanto más sepamos, menos pareceremos saber.

Obra publicada en Barcelona en la Editorial Destino, en 2008

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