VOLAR EN SILENCIO

Quienes no hemos volado como lo hacen los buitres leonados, muy alto y sin apenas mover las alas, no sabemos lo que puede susurrarnos el silencio mientras el aire nos llega a ráfagas por delante, lo que pueden dar de sí la reflexión solitaria y el pensamiento concentrado, aislados de toda perturbación. Acaso no lo sepamos nunca. Por eso, tal vez, contemplar cómo lo hacen ellos nos redima un tanto de dicha carencia.

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