REÍR ALARGA LA VIDA (MICRORRELATO)

Pero, venga, por favor, ¿qué les cuesta? Ya sé que sus circunstancias actuales son difíciles; pero ¿cuándo no? Deberían hacer caso a lo que aparece cada poco en los noticieros. Parece charlatanería, pero no, no, es cierto: reír prolonga la existencia. Hay estudios muy serios, créanme. Psicólogos, antropólogos, trabajadores sociales: todos trabajando en la misma dirección. Y los resultados no ofrecen duda ninguna. Deben reír. Incluso, como ahora, sin tener ganas. Porque la risa permite mirarlo todo con otros ojos, otro prisma, otro color si lo prefieren. Reírse de las cosas -también de los demás, incluido uno mismo- es maravilloso, porque lo relativiza todo y nos ayuda a quitarle interés a lo que en realidad no lo tiene. Se lo aseguro yo, que entiendo de esto. Nos preocupamos demasiado por lo que superfluo, de verdad. Además, la risa procura muchos momentos felices, pues mientras uno ríe, olvida momentáneamente las fatigas de la existencia, y la diversión diluye las desgracias en algo más llevadero, ¿no? Y si no se olvidan, al menos oxigenan el alma. Y les insisto en que reír alarga la vida. Miren, si no, ahora mismo. Ya solo por el simple hecho de hablar de ello, les ha permitido vivir unos minutos más. Aunque ya comprendo que no quieran complacerme, porque pensarán que después de esto ¿qué? ¿Nada? Pero deben tener en cuenta que esta situación no es nada personal, y que mi consejo es bienintencionado de principio a fin. No piensen que estoy siendo cruel, y que demoro el asunto para divertirme. No, no. Al contrario. El encargo no tiene nada que ver. Yo en el fondo tengo un alma humanista, altruista si me apuran. Pero ¿qué quieren? Uno tiene que comer, ya saben. Y esto siempre estuvo bien pagado. Sobre todo, si se hace bien. Pero una cosa no quita la otra. Por eso, ¿por qué no me dedican aunque sólo sea una sonrisa de despedida? La última, les puedo asegurar.

Del libro inédito Micrólogos

Deja un comentario