LAS PREGUNTAS DE GREGORY STOCK (49)

Pregunta 240 (v. pregunta 90)
¿Le gustaría tener un hijo mucho más inteligente y atractivo que usted? ¿Qué dificultades podrían surgir? ¿En qué medida le molestaría tener un hijo feo o discapacitado? Para cerciorarse de que su bebé naciera inteligente, atractivo y sano, ¿usaría usted un procedimiento médico inofensivo a fin de alterar genéticamente al embrión en desarrollo? Si tuviera un bebé con esa precaución, ¿lo sentiría igualmente como su hijo?
No desearía tener hijos, pero puesto que se me pregunta un futurible, diría que sí, que desearía con fervor que dispusiera de un atractivo mayor que el mío, siempre que esa cualidad, que esa facilidad de desplazamiento por entre los miembros de nuestra especie, no colapsara el centro motor de su vida, la inteligencia, que yo querría para él/ella inmensa, infinita, mucho más que la mía.
Las dificultades que podrían surgir se solventarían sobre la marcha, pero jamás habría que olvidar que el aprovechamiento de esas prodigiosas cualidades vendría determinado por el desarrollo educativo que yo, como padre, junto con mi pareja, desarrollásemos con su persona. Por tanto, el deseo legítimo de cualquier padre de que su descendencia sea más y tenga más, yo también lo suscribiría, haciendo la salvedad de que no abundaría en el aspecto material o crematístico de la cuestión, sino en el de poder construir una vida con la que mi descendiente estuviera de acuerdo, unas metas que dotasen de sentido a su existencia y una serie de recursos con los que barajar todos los datos y poder alcanzar los objetivos previstos. Su triunfo sería mi triunfo como padre, mi triunfo como educador, (posiblemente compartido por su madre) lo cual ayudaría a solventar las probables contingencias negativas que fueran surgiendo de manera inevitable entre seres inteligentes que conviven.
Tener un hijo feo me molestaría bastante, pero mucho más me desolaría tener un hijo discapacitado. No es que afirme que no lo querría; por experiencia sé que son seres adorables a los que se acoge con una ternura y cariño especiales. Pero, como a toda persona corriente (y yo tengo mis puntos corrientes, claro es) me gustaría que mi hijo/a fuese lo más aceptado posible y poseyendo una discapacidad, dicha aceptación sería probablemente menor de lo deseable.
Si llegara a saber cómo sería antes de su nacimiento y yo pudiese hacer algo (como esta posibilidad que la pregunta ofrece, alterar genéticamente al embrión en desarrollo) lo haría sin dudarlo si el procedimiento fuese inofensivo y con altas probabilidades de éxito. No por ello lo consideraría menos mi hijo/a. La carga genética que se transmite es sin duda importante, pero lo que cuenta es qué labor educativa y formativa se lleve con la criatura en cuestión. Y eso es lo que realmente diferencia a unos seres de otros en su mayor parte.
Pd/ Los textos que responden a las cuestiones formuladas en El libro de las preguntas de Gregory Stock, fueron elaborados entre 1998 y 1999. Si deseas ver el resto de las entradas de esta serie, pincha aquí

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