ÍNCIPITS DESAPROVECHADOS (3)

Los Íncipits son, en el plano literario, los comienzos de relatos, cuentos, novelas. Muchas veces, una narración surge del propio comienzo, aunque parezca un juego de palabras. Quiero decir que en ocasiones todo un relato se continúa porque se ha encontrado un inicio prometedor. Muchas otras (son abrumadora mayoría), se dispone del inicio, pero no se sabe o no se quiere continuar. Los que siguen son ejemplos de este segundo tipo. Pretendieron ser algo, y se quedaron en eso: en proyectos sin desarrollar, en potencias sin acto, en relatos que no lograron continuidad. Dejan, eso sí, amplio espacio a cualquiera para imaginar cómo seguirían. Y animo a quien esto lea, a que pruebe y concluya lo que yo sólo pude comenzar. Tiene todo mi permiso para hacerlo, y este escrito se puede mostrar como justificante de ello.

  1. He nacido para la guerra, como otros nacen para el amor o el arte. Es mi naturaleza. En ella me reconozco. Todo lo demás me parece accesorio.
  2. Por la mañana me habré ido, y no podrás escupirme a la cara todo aquello que llevas tanto tiempo queriendo soltar para quedarte tranquila y sola, para siempre libre de mí.
  3. Buscabas un secreto que me importara, algo con lo que poder chantajearme luego, y exigirme que no me fuera. Al final, lo encontraste. No era tan difícil. Pero aun así no me quedé
  4. Mi niña era semejante a un ángel, era dulce, era amable. Era fea, sí. Pero de eso ella no tuvo la culpa. En cambio, lo que le hacían los demás, sí. ¿Cómo no justificar su reacción aquella tarde, a la salida del cine?
  5. Estamos en el borde, ya lo ves. Pero no queremos saltar, recuérdalo. Llegamos hasta aquí para poder pensar en serio sobre nuestro futuro. No me vale que me digas que estás paralizada. Expón tus condiciones. Yo expondré las mías. Negociemos
  6. Pude haberlo visto desde el balcón, sí; habitualmente, ahí paso muchas horas. Pero justo en esos minutos sonó el teléfono, y aunque no tengo costumbre de cogerlo, sin saber por qué, descolgué. Cuando le cuente a Vd. quién era, no me va a creer
  7. Varios meses antes de que yo naciera, mi madre tuvo un sueño. En él yo era el protagonista. Pero cuando llegué a este mundo, no me parecía en nada a lo que ella había soñado, o imaginado. Pero nada. Ese fue el inicio del infierno. Sobre todo, para ella
  8. No pudo explicarlo con palabras de su boca, y escapó. Mientras huía, dejó algunas notas, la última de las cuales decía, con mayúsculas: “Nos veremos donde mueren los dos ríos, donde el mar se une con el bosque. Ahí me encontraréis”. Fue la única pista.
  9. Mi hijo, el asesino, fue siempre una persona con mucho mundo interior. El problema es que en nuestra familia, de eso, no teníamos. Éramos, de hecho, sólo exterior. El chico no hizo más que realizarse por el sendero contrario. Como cualquiera hubiéramos hecho
  10. Siempre quisiste ser el corazón de la fiesta, ser el blanco de todas las miradas, concitar todas las atenciones, marcar la tendencia del momento. Nunca lo lograste. Nunca aceptaste la derrota. Nunca asumiste tus condiciones. Que la tierra te sea leve; a ti y a cuantos te llevaste por delante

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