EL DESIERTO, AL FINAL (MICRORRELATO)

He llegado, por fin, al desierto. He viajado solo. He traído muy poco equipaje. Ni libros ni equipo fotográfico, ni recado de escribir. Sólo he venido a contemplar el paisaje. He visto cadenas infinitas de arena ondulada y laderas serpenteantes. He visto cielos purísimos que hieren la vista hasta el extremo de tener que apartarla. He podido ver cómo se evaporaba una nube en pocos minutos. Pude ver cómo la luz reverberaba en espejismos. He apurado el tiempo, sumido a veces en un puro éxtasis, y otras en una somnolencia de baja intensidad. He visto el sol verdadero, y he contemplado en silencio el titilar lejano de las estrellas. He sentido el calor más extremo, que ha cuarteado mi piel. He pasado muchísimo frío por la noche, que me obligó a ovillarme como un animal. Mi cuerpo no se ha acostumbrado, ni creo que lo consiga. Pero mi mente no desea nada más. No es que no sepa cómo volver. Es que no contemplo ya el regreso.

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