CHARLATANEOS Y DESPARPAJOS (2)

Me revientan las izquierdas cuando no piensan (y no son capaces de llamar a los terroristas fanáticos por su nombre y admitir que son asesinos políticos institucionalizados, y que en un conflicto enquistado de esa forma no hay sólo un culpable, sino como mínimo dos). Me revientan las izquierdas cuando dicen todas al unísono lo que el pastor presidente marca como consigna, o callan esperando si la consigna no llega, o aun pensando algo distinto les paraliza el miedo a dejar de mamar de la teta institucional, y también callan o florecen en circunloquios. Me revienta su alineamiento irreflexivo con todo lo palestino. Me revientan las izquierdas, sí.

Me revientan las derechas cuando no piensan (y creen que los israelíes -pese a ser unos avezados opresores, unos racistas de libro, a la vez que unos asesinos políticos institucionalizados cuando toca-, son mejores que aquellos a quienes masacran). Me revientan las derechas cuando creen que el sufrimiento de los pueblos del mundo son “daños colaterales” necesarios para mantener nuestro estatus de países ricos (entre comillas). Me revienta su alineamiento irreflexivo con todo lo que sea el binomio Israel-EE UU. Me revientan las derechas, sí.

Llevo un buen tiempo intentando seleccionar el centón de miserables que lideran en nuestro país la cosa de la política. Cuando creo que ya logré el cupo, me crecen más enanos para el circo en una cosecha siempre en constante crecimiento. Me revientan casi todos, sí.

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