PALABRERÍO CANALLA (84)

MANIQUEÍSMO: Fanatismo de opción binaria excluyente, simplista y muy útil en ámbitos donde la ausencia de intelecto motiva la improbable percepción de los matices intermedios.
MANSEDUMBRE: Cualidad que el ser humano ha adoptado de las ovejas, las cuales, ante las características y volumen de sus cerebros, optaron sabiamente por la cantidad y la tranquilidad y la colectividad y delegaron su conducción a quienes consideran sin rubor como superiores suyos. Muy abundante entre cristianos, budistas y demócratas.
MAÑANA: Será otro día. O, al menos, eso esperamos los que carecemos de tendencias suicidas.
MAQUIAVELISMO: Aplicación, a la política o a la vida misma, de la doctrina de Maquiavelo, el cual no hizo sino aplicar la razón y la brutal sinceridad a un ámbito que ya usaba de la primera, pero que no confesaba la segunda.
MÁQUINA: Artefacto que se convirtió en el amigo más odiado del ser humano, por cuanto cada beneficio que le reportaba a su poseedor era a cambio de una serie de contrapartidas de las que cada vez se sabía menos cómo salir, en un círculo vicioso horrible y degenerativo. Por otro lado, la máquina proporcionó ocio, origen de las depresiones, del paro, de la moda del turismo y de toda una serie de procedimientos encaminados a erradicar el aburrimiento (V.), mal de males, mal de tontos.
MAR: Extensión de agua no potable más pequeña que el océano y más grande que el lago, llena de bichos de toda índole y condición, aparentemente inagotable en su extensión, y cuyo runrún costero es muy apreciado por sus cualidades terapéuticas relajantes.
MARAVILLA: Acontecimiento para el que no tenemos palabras, ojos, manos, cerebro, con que poder describirlo con coherencia y exactitud; y sin palabras, ojos, manos y cerebro, ya se sabe lo que queda: nada; o sea, que una maravilla es todo, pero resulta que es nada. Si no, pregúntese por doquier en busca de datos objetivos.
MAREARSE: También aquí el DRAE nos surte de palabras sonoras, anticuadas eficaces, y hasta metafóricas: “desazonarse uno, turbársele la cabeza y revolvérsele el estómago”.
MARIDO: Cónyuge masculino de un matrimonio, el cual se parece al femenino únicamente (únicamente, insisto) en que ambos han cometido la misma equivocación (si bien por causas y pretensiones muy distintas) y en que ambos llevan la penitencia dentro del propio pecado.
MÁRTIR: Estúpido cuyo nivel de idiocia no le impidió comprender que su única posibilidad de trascendencia era autoinmolarse en un acto poco común y que atenta contra el código genético de todo animal, cual es el instinto de conservación. Lo gracioso es que, de rebote, lograban la mayor publicidad para la causa que decían abrazar, aspecto muy bien entendido por sus pastores, que azuzaban a los perseguidores, mientras instaban a los perseguidos a no resistirse, a imitación de lo que había hecho su salvador Jesucristo.

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