CONFUSA BREVEDAD, BREVE CONFUSIÓN (MICRORRELATO)

Siempre quise ser breve, pero las cosas se me torcieron desde el inicio. Planté un libro, pero acabé aceptando el encargo de una serie divulgativa de 30 títulos, que me ocupó dos décadas. Tuve un árbol, pero las semillas se extendieron con facilidad por toda la finca que, aunque no era pequeña, enseguida se abarrotó de ejemplares que ocultaban la casa. Y también escribí un hijo -hija, en realidad-. Sin embargo dos embarazos múltiples -uno de ellos no deseado, aclaro- nos convirtieron en familia numerosa con derecho a becas y descuentos. Siempre amé la brevedad, pero la vida decidió muchas veces en mi contra. Y todo eso me confunde a menudo. Porque ahora mismo, por ejemplo, después de saca este ligero apunte, ganas me entran de comenzar hoy mismo mi autobiografía. Por extenso, me refiero. Que no es lo que yo querría, porque yo amo lo ligero, ya digo. Pero es que o la vida no me comprende, o no comprendo yo a la vida. No sé, estoy confuso. Menos mal que hoy sí que he sido breve. Por una vez.
Del libro inédito Micrólogos

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