AUTODEFENSA

(…) (A veces me asombra esta frialdad calculadora de que hago gala en estas ocasiones de conflicto mental, de decisiones difíciles, de momentos angustiosos o de presiones infinitas). No sabría decir a qué es debida, pero estoy seguro de que tiene que ver con una cualidad autodefensiva que tuvo que tomar cuerpo a lo largo de mi infancia y que luego se consolidó en mi adolescencia. El punto común que aúna ambos períodos, y el origen -pienso yo- de esta cualidad (o desgracia, que nunca se sabe) no es otro que el de la lucha contra las agresiones externas. Frente a tantos elementos que me eran ajenos (y perjudiciales, muchos) debí desarrollar la posibilidad de racionalizar de forma analítica toda la información recibida, con el objetivo de ver la mejor y más plausible solución o salida a las previsibles y nefastas previsiones de cada caso particular. En fin, no sé, pero el caso es que a veces me asusto y pienso que quería llorar más y emocionarme en mayor medida, pero el caso es que la razón me ha cogido bien la medida y se impone con firmeza y solidez. Y, la verdad, en cuanto a defensa, es una ayuda valiosísima. No sufro como ellas. Está por demostrar si realmente impide que goce más.
Texto diarístico (Entrada del 24 Junio 1994)

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