SANCIÓN (MICRORRELATO)

Mientras hacía su examen, la mejor alumna de aquella clase se comió un par de moscas, una araña y al alumno más pendenciero del aula, que la había importunado con un comentario fuera de contexto. Quise felicitarla por aquella hazaña, pero en ese momento le brotó un eructo enorme que retumbó en todo el aula. Todos se rieron con gran alboroto, y hube de expulsarla, muy a mi pesar. Jamás me perdonó la afrenta.

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