LLANTO LIBERADOR (MICRORRELATO)

Cuando quise respirar, algo me cortó el aire. Cuando quise flotar, mi piscina se vació. Quise dormir, pero las paredes se estrecharon sobre mí, convirtiéndome en un prisionero inmóvil, arrastrado por fuerzas sin control. No sé cómo, pero salí despedido, atraído por una intensa luz, hasta unas manos que me sostuvieron. Luego, tras observarme con detenimiento, me golpearon repetidas veces. Al final, pude llorar a gusto por primera vez.

Deja un comentario