Alguna vez me lo han preguntado. Y aunque lo digo tantas veces, siempre hay quien se siente sorprendido de que en pleno siglo XXI yo hable de que “me falta algo el día que, por lo que sea, no puedo leer”. Con ello, no me refiero al acto físico de leer. Por mi profesión, yo tengo que leer todos los…
La tarde está gris, pero mi mente brilla de emociones, y en un rapto de una de ellas cae en mis manos un librito del gran memorialista francés Chamfort, que poseo desde hace muchos años. Se me va un buen rato en hojearlo, en repasar sus subrayados y escolios. Coincido en la mayoría de las apreciaciones con que decoré los…
Si le conceden un premio Nobel de Literatura a Bob Dylan, excelso cantautor y poeta, es probable que en breve provean a Haruki Murakami de una medalla de oro olímpica en su labor de esforzado corredor de fondo, o que a Daniel Baremboim, sublime pianista y director de orquesta, le otorguen un máximo galardón en pro de la paz por…
Sólo justifico un día con palabras. Si las profiero, me encuentro feliz. Si las leo, puedo asegurar que durante un lapso de tiempo mis pesadumbres habrán desaparecido. Si las escribo, me habré olvidado de todo y de todos, acaso también de mí. Si, como hoy, aúno los tres placeres, el día no sólo está justificado, sino que adopta con facilidad…
A mí me gustaría, sí, por qué no decirlo, escribir ficción pura, es decir, no tener que recurrir siempre a mis propios pensamientos que recurren a la recurrencia por no quedarse como están. Y después de admirar la fluidez de alguien tan espléndido como Rudyard Kipling, todavía más. Pero no puedo. Y no puedo porque apenas me interesa. La ficción…
Uno de los placeres de esta vida sedentaria y escritora es dejarse acompañar de nuevo por la fidelidad de una pluma, a la que injusta o imperiosamente se ha arrinconado semanas o meses. Notar la calidad de su trazo, preciso y sin fisuras ni cortes, y calibrar el contraste de su tinta, un tanto infrecuentada por mí en los últimos…
Sí, ha vuelto a suceder. Ha aparecido un nuevo libro de Martín. Me lo compré hace un par de semanas y entre ayer y hoy me lo he despachado. No sé qué ocurre, pero me bebo sus diatribas con una facilidad que me hace cuestionarme determinadas cosas. Sus libros amalgaman el subjetivismo más egotista, con la crítica más feroz que…
Este claustro no es de los más bellos que albergo en la memoria. Pero cuando volví a ver la foto, me trajo recuerdos de otros que sí lo son y donde también, como en este caso, leí algunas líneas de algunos poetas de silencios silábicos y estremecidas pausas con que aliñar la soledad y la meditación. Ahora, así, con rapidez,…
Esta imagen, o alguna parecida, está muy ligada a mi infancia. En ella, este personaje, omnipresente en la literatura histórica franquista, era el héroe por excelencia. Con él yo aprendí las cualidades máximas que todo español debía asumir: gallardía, valor, inteligencia, generosidad, obediencia, ausencia de rencor, honradez, sentido de la justicia, fidelidad, benevolencia ante el vencido, y trascendencia. Era mi…
Leo un libro sobre la lectura. He ahí uno de mis aspectos más idiosincrásicos. Leer sobre libros. Ya hasta José, el hijo de Mauro y Margarita, mis libreros, me tienen calao, y me enseñan las novedades sobre la masturbación más productiva que conozco. El otro día me muestra un libro de un tal Alberto Manguel, argentino-canadiense, titulado Una historia de…