TU BAÚL (MICRORRELATO)

Me emociona volver a ver tu baúl, claveteado de gruesas tachuelas doradas, sobre terciopelo rojo, ya gastado. Creo que es tuyo, sí. Esta memoria me juega malas pasadas. Pero creo que sí, que lo es. Algún chispazo dentro me lo advierte. Es el tuyo. Tú jugabas con él, o, mejor, jugabas con lo que había dentro, tus muñecas, tus revistas, tus vestiditos. Ahora que he regresado a la casa, sudoroso, algo me ha hecho subir al desván. Lo primero, subir al desván. No sé por qué, pero ha sido el primer impulso. Y ahí enfrente, ese baúl. Sí, tiene que ser el tuyo, no puede ser otro. En otras circunstancias, creo, verlo tal vez me provocaría oleadas de recuerdos de nuestra infancia. Ahora, después de mi accidente… Ha pasado sólo una semana, me han dicho, pero… Ahora, mis recuerdos son algo frágil e inconexo. Por eso quería volver. Algo me estaba fracturando el alma, porque estos últimos días te he recordado. Y, sí, creo que me va a ayudar. Tiemblo al abrirlo porque uno nunca sabe si está preparado para que el pasado le sobrevenga a uno de golpe. Tiemblo, sí. Y dudo en hacerlo. Pero al final levanto la tapa. No huele muy bien. Está cerrado y está oscuro, pero algo me provoca un vómito. Cuando enciendo la luz, aún queda demasiado lejos para que ilumine bien. Pero aun así te veo, aunque no me lo puedo creer. De nuevo, sí, tú. Ahí, echada, con tu vestido desgarrado y manchas púrpura. Con la cabeza vuelta hacia un lado, no te veo la cara. Pero es tu vestido, sí. Lo reconocería siempre. Resulta increíble que puedas caber ahí. Aunque cuando éramos pequeños éramos capaces de entrar los dos. Y de ese modo, cuando nos buscaban, cerrábamos la tapa y mirábamos por la rendija en silencio hasta que se iban. Pero cabes, y eres tú. Aunque en una posición extraña. Sí, voy recordando poco a poco. Debo contemplarte con más detenimiento, con más tiempo. Sí, eso es. El tiempo me lo va desgranando todo. Y, sí, voy comprendiendo. Voy comprendiéndolo todo.

Deja un comentario