Desengáñese, joven, se lo digo yo. Ya sé que ha tenido usted mala suerte, y que debería haber llegado aquí con una edad como la mía, y no antes de tiempo. Pero lo aprenderá enseguida: la muerte no existe. No, al menos, como se la imaginan ahí arriba, del otro lado. No es un acabar. Es un comienzo. Sólo que…
Le gusta esa puta, porque además de hacer lo que a él más le excita, es una mujer culta, leída, que tuvo su momento dulce y lo dejó pasar. Pero cuando aún la hora no se ha cumplido, entre volutas de humo y alguna bebida del mini-bar, puede charlar con ella, que le da cumplida réplica. Hasta el punto de…