GEMELOS PARA SIEMPRE

En el recodo de la ladera, los abedules se curvan para encajar mejor la mirada de quien pasa a su lado. Nacieron a la vez, pero siguieron trayectorias distintas, aunque similares. No pudieron separarse y ser únicos, recorriendo mundo, marcando todas sus diferencias. Pero aun así, se espían en secreto, sabedores de la obligación de la proximidad que les ha sido asignada, y buscan ser únicos a su manera. Separando las ramas, ahuecando los espacios, estirando más el tronco, mirando para otro lado, evaporando gravedades… La estampa los captura al borde de la carretera, hermanados para siempre, gemelos dispares, compitiendo entre sí, mostrándose unidos, separados, conjunto bipolar, belleza bifronte arrasada por el otoño. Obligados a estar juntos, profundizando odios, envidias, emulaciones. Asumiéndose sin asumirse. Soportándose sin conformarse. Viviendo, en suma.

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