CREACIÓN

Recala la mirada en un nacimiento que crece, cilíndrico y húmedo. Barro moldeable a voluntad de su hacedora, que dota de líneas, volumen y sentido a lo que sólo instantes antes era un amasijo verdoso, veteado e informe. Con la pausa de quien sabe que el tiempo es tan sólo lo que con él construyas, las manos hacen rotar, crecer, ser, surgir, abrirse. Los dedos, impregnados de la materia nutricia elemental, aún se diferencian poco de la obra, como en el relato del Génesis. Juntos, creadora, manos y vasija, en un todo que por unos instantes es mezcla indiferenciada.

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