Hace algunas semanas que murió el abuelo. Me llevó varios días decidir si el hecho me entristecía, me alegraba, o sólo me aliviaba un tanto. La fecha de la lectura del testamento, hoy mismo, me había citado el notario un poco antes en su despacho para darme una carta a mi nombre. Dijo que debía entregármela en mano, personalmente. La…