Agachado en la orilla, el niño juega en la playa, ajeno a todo. La inmensidad del mar, la inclinación de la luz, los problemas que le rodean, el oleaje continuo, todo ello, nada le dice. Acaso, como aquel a quien interpeló Agustín de Hipona, pretende introducir todo el agua del mar en un agujero excavado en la arena mojada, y…