En la zona de La Piedra, en verano, con todo el turismo de fuera, del interior, y con los lugareños vigueses en su máxima expansión matinal del vermú, la gitana abordaba a cualquiera que pasara a su lado, pidiendo para alcanzar la soldada profesional que esa mañana se había establecido como meta. Unos aquí, y otros allá, la mujer iba…