¿Se puede sentir algo distinto del sosiego, que parece emerger del fondo del río para colmar los ojos ante la marcha del sol? La humedad se siente, como el titilar de las ondas, y la tibieza del atardecer estival al borde del agua. Los recuerdos del día se ordenan. El impulso vital se aquieta y nos preparamos para el descanso.…