—¿Me da pan? —¿Acaso tiene hambre? —¿A qué viene esa pregunta? —¿No es, acaso, pertinente? —¿Cree que las personas saciadas le comprarían el género? —¿Y por qué no? —¿Por qué se resiste a servírmelo? —¿Por qué causas lo pide? —¿Es el hambre motivo insuficiente? —¿Tendría dinero para pagarlo? —¿Piensa así de todos sus clientes? —¿Se da cuenta de que no…