Hoy en clase, al hilo de unas cuestiones de economía, solté mi teoría sobre cómo acabar (o al menos, reducir su impunidad) con los ladrones de gran escala. No me referí a los desgraciados que acaban en una cárcel por unos hurtos que no alcanzan los mil euros, sino que estaba señalando a banqueros, políticos, corredores de bolsa y otros…