La tarde está gris, pero mi mente brilla de emociones, y en un rapto de una de ellas cae en mis manos un librito del gran memorialista francés Chamfort, que poseo desde hace muchos años. Se me va un buen rato en hojearlo, en repasar sus subrayados y escolios. Coincido en la mayoría de las apreciaciones con que decoré los…