La imagen no está compuesta para la ocasión, sino que es, una vez más, un robado en situación no comprometida: es decir, es un robado sano, gregario, consanguíneo. En ella, contemplamos a toda una familia compuesta de ocho miembros (¡ocho!) en el trance de comerse un plátano cada uno en el transcurso de una jornada campestre. Pasemos por alto que…