AÑO NUEVO Y TÓPICOS VIEJOS

Cómo no. Un día como hoy es propicio para felicitarse, para desearse lo mejor y todas esas martingalas que todos realizamos -yo, entre ellos-, que no comprometen a nada, y que en esencia están bien: no cuestan mucho y generan “buena onda”. Cierto es que luego todo el mundo alcanza el hartazgo de deseos de bondad, salud, economías y otras…

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