Metafóricamente hablando, por supuesto. Porque con respecto al asunto de Morfeo, casi nunca hubo queja, hasta la fecha.

Aun así, a menudo me asaltan interrogantes para las que, por mucho que lo intente, no hallo solución aproximada ni explicación convincente. Podría enumerar unas cuantas.

1. ¿Por qué la decencia ha desaparecido en tan alto grado del ejercicio práctico del noble arte de la política, siendo sustituida por demasiadas malas artes?
2. ¿Cuál es la causa principal de que el amor por la cultura propio, por lo más próximo, pueda devenir en un fanatismo nacionalista de carácter irracional, agresivo y excluyente?
3. ¿Cómo es posible que unas elecciones libres -sea en el país que se elija-, donde se supone que millones de personas piensan unidas para otorgarse el mejor gobierno posible, acaben votando a algunos de los mastuerzos más impresentables que la historia recuerde?
4. ¿A qué obedece el alto grado de impunidad que disfruta hoy la clase política y económica en algunos países -el nuestro podría servir de modelo-, tras haberse demostrado que su gobernanza no sólo no cumplió buena parte de lo prometido, sino que muchas veces se procedió a lo contrario o incluso a la mentira y al robo más descarado?
5. ¿Qué resortes mueven a quienes atesoran millones de dólares (o euros) a seguir bregando por lograr más, más, y más, intentando para ello saltarse todas las barreras legales, fiscales, morales?
6. ¿Cómo hemos llegado al nivel de que muchos ministros de los gobiernos, los presidentes de muchas instituciones, los consejeros de muchas empresas, no tengan literalmente ni idea del ámbito al que son asignados por sus superiores?
7. ¿Por qué el diálogo, el consenso, la negociación, ni se plantean en nuestro país en asuntos tales como la Educación, la Sanidad, la Justicia? ¿O a nivel global, ocurre lo propio con el cambio climático, la preservación del mar como santuario primordial, o ?
8. ¿Cuáles son las razones de que nuestra especie muestre tan a menudo la inexactitud de su definición taxonómica Homo sapiens?
9. ¿Cómo entender los mecanismos mentales que abocan al fanatismo de cualquier especie, pero con mayor presencia en el mundo religioso, y que promueven tanta muerte -propia y sobre todo ajena- como medio para lograr sus imposibles fines?
10. ¿Por qué lo público y lo privado tienen tan difícil y enconada coexistencia?

A menudo me asaltan interrogantes como éstos. Pero aunque a veces hallo las respuestas o una aproximación a las mismas, no encuentro el modo de que pueda exportar mis supuestos hallazgos con un porcentaje suficiente de éxito en la empresa. Y entonces, los ordeno mínimamente. Escribo una lista. Y la dejo aquí. Porque lo de mandarlo a Cuarto milenio jamás se me pasó por la cabeza, la verdad.