HITOS DE MI ESCALERA (39)

(No lo he comentado nunca, creo, pero he de decir que mi educación fue establecida sobre la base de la austeridad. Quien controlaba todo el tema económico era mi madre, y ella fue siempre estricta en que los ingresos cubrieran las necesidades de la familia, con la condición de que sobrara siempre lo más posible. La idea de pedir prestado para comprar algo -entramparse-, lo llamaba ella) nunca fue contemplada. Aunque esto parece no venir a cuento en estos Hitos, lo apunto para que se entienda lo que a continuación expondré.)

Mi regreso a León, tras casi cuatro años en Madrid careció del equilibrio que yo solía necesitar para funcionar bien sin contratiempos. Con la carrera acabada, la preparación teórica del doctorado cursada, sólo restaba comenzar la tesis doctoral. Lo hice, conforme el plan establecido. Y aunque mi mente seguía siendo bastante cuadriculada, yo notaba cómo poco a poco se abría un abismo bajo mis pies. Pero entretanto la crisis llegaba, yo seguía adelante, como si no pasara nada. Así pues, comencé la tesis, con un director que me caía mal, y a quien yo no caía mejor. Comencé los trabajos de recopilación de información en prensa, en los archivos del Diario de León. Pero la propina familiar ya no me alcanzaba, y tenía necesidad de dinero. Así las cosas, mi padre me propuso algo insólito: que escogiera tres amigos de mi confianza y, junto conmigo, colaborara en la recaudación para expender recibos durante el período de cobranza. A 900 pts. la hora, que abonaba la Diputación leonesa, consideré más que aceptable el asunto, y acepté. Tres meses después, disponía de suficiente dinero para darme el regalo más maravilloso que me había dado nunca a mí mismo hasta ese momento.

El 3 de octubre de 1987 compré mi primer equipo fotográfico, lo que incluía un cuerpo de cámara semiautomático Olympus OM-10, con su objetivo de 50 mm y un zoom Vivitar 100-300 mm, más una bolsa y algunos accesorios menores. (Pocos meses antes, aprovechando el cobro de unos dineros que me pagó la Autónoma por unos trabajos de fichado de leyes, dirigido por Miguel Artola, había podido comprarme mi primera cadena musical Sony. Y apunto el dato, para que se vea que mis padres transigieron con que estudiara fuera a un alto coste económico, pero que no estaban dispuestos a pagarme “tonterías ni aficiones”).

Pues bien, ahí comenzó todo. Fue mi primera cámara propia, con la que podría plantearme aprender fotografía. Hasta entonces, sólo manejaba una máquina antigua de mi padre, para las efemérides y vacaciones. A partir de ese momento, de la compra -financiada-de la Enciclopedia Planeta de Fotografía, y del fotocopiado paciente por parte de mi padre de buena parte de la Enciclopedia Fotográfica Kodak, me dediqué a aprender a hacer fotos que fueran dignas de mis intenciones artísticas de absoluto. (Voy por el Hito nº 39, pero éste que aquí confieso es uno de los tres más importantes que han tenido lugar en mi vida, como podrá testimoniar cualquiera que me conozca mínimamente).

Desde ese momento, la fotografía, se convirtió en la segunda de mis aficiones, tras la Literatura. Con el tiempo, la imagen fija llegó a competir seriamente con la palabra escrita, hasta el punto que en algún momento la sobrepujó. Pero la cosa sigue en unas curiosas tablas. Y ahí andan todavía hoy las dos partiéndose la cara por ver cuál llama más mi atención cada día.

2 Comentarios

  • Emma
    Posted 1 de marzo de 2021 08:30 1Likes

    De nuevo, tu padre. Tu padre, pendiente, en la sombra, de tus necesidades. De tu bienestar.
    Y tu madre, educándote en la austeridad, en el “quien guarda siempre tiene”..
    Y tú, recogiendo los guantes de ambos. Y llevándolos a tu terreno, como debe ser.
    Doy fe de la trascendencia de aquella primera cámara.
    “Fotografía y palabra” son la prueba de esa sana y productiva competición.

    • Eduardo Arias Rábanos
      Posted 1 de marzo de 2021 20:41 1Likes

      Pues ya ves, hija. De aquellos polvos, estos lodos. Si es que no sabe uno cuándo una decisión va a tener relevancia, y cuándo no. Pero, sí, allí comenzó todo. Y de aquello, a esta web, que tanto nos une

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