HARTAZGO DE MARIONETA (MICRORRELATO)

La marioneta ya no soporta más su papel, que ha sido siempre el mismo: principal, protagonista, irreemplazable. Ha planteado cambios en el argumento, ha aportado ideas, pero nunca fue escuchada. Sus hilos ya se le antojan cadenas. De repente, ve la luz, pese a la oscuridad del cajón donde reposa. Repta, se da vuelta, contorsiona su cuerpo varias veces, enreda todos los hilos con que el titiritero la maneja, y logra que se entrelacen varios de ellos alrededor de su cuello de madera. Más tranquila ya, sólo resta aguardar un par de horas. Cuando su dueño la saque a actuar en el escenario, en un rápido gesto que el público identifica de inmediato con su personaje, podrá el respetable apreciar el estertor de su última salida a escena.

Del libro inédito Micrólogos

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