AQUÍ COMIENZA LA VIDA

Todo comienza aquí, en un amasijo de ramas, virutas, lana, juncos, sabiamente entremezclados para formar un hueco, un lecho, donde reposar el cuerpo que dará calor a la siguiente generación. La vida se resume en imágenes como ésta, en la que lo elemental sobrepuja todo lo complejo o trascendente que podamos pensar. La vida se puede condensar en algo tan sencillo como es el modo de transmitirla; si bien no nos vale cualquier modo, sino que buscamos el añadido del mayor mimo que se pueda aportar.

Las criaturas que se desarrollan en el interior de cada uno de esos cascarones pueden estar tranquilas: unos animales capaces de haber construido un espacio como éste con los elementos de que disponían no permitirán que les suceda nada malo, y sí crearán el entorno más favorable para que ellos, en su momento, puedan hacer lo propio con sus futuras crías. La vida, ya digo. Pero con un punto extra de seguridad, de pericia, de ternura.

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