RUEDA DE BICI EN CUENCA

Esto que aquí se ve estuvo expuesto en un museo en Cuenca, en una exposición temporal hace años. Es de creer que ahora se encontrará en otro lugar de parecidas características e iluminado a conveniencia. Pero desconozco esos datos. Como también carezco de conocimiento sobre autoría, cronología, técnicas, fondo de procedencia, y otros etcéteras que acostumbro a fotografiar tras hacer lo propio con la obra. De modo que, como nada sabemos, sólo podremos decir que es una rueda de bicicleta -limpia y brillante- con su correspondiente latiguillo de inflado enroscado en la válvula, y enmarcado todo ello con inmaculada pulcritud en una estructura de ¿madera?, ¿metacrilato?, ¿cartón? de forma cuadrada, con unos botones o remaches metálicos en cada uno de los cuatro bordes. La tonalidad, marcadamente ocre o rosácea, acaso esté contaminada algo por la iluminación de tungsteno circundante, pero no se diferenciaba mucho de lo que aquí observamos.

Bien. Dicho esto, afirmo que lo que allí vi no me desagradó. Me pareció raro e impensado, aunque pude verificar que quien lo ideó/construyó sabía lo que hacía y el resultado ofrece la impresión de algo bien hecho, por lo que creo que al menos no sería un charlatán imperito de tantos cuantos nos encontramos hoy en día. Ahora bien, dicho esto -insisto- salí de allí más o menos como entré. Nada hubo que me impactara, me hiciera reflexionar, me enfadara, me emocionara, me diera argumentos a favor o en contra de un asesinato selectivo o preventivo. Vamos, que me quedé como estaba.

Y venía esto a cuenta de que hoy vi en una página a la que estoy suscrito, en la que se recordaba que un cuadro del divino Matisse estuvo colgado al revés la friolera de ¡47 días! en el MOMA neoyorquino. Con lo cual, por si no hubiera quedado claro, nos da una idea de por dónde andan nuestros tiros en el tema de arte actual. O así.

Deja un comentario