OMNIPRESENCIA DEL FRACASO

Si alguien —yo mismo— se atreviese a llevar a cabo una historia del ser humano, debería intitularla como el último libro de Luis Antonio de Villena: Biografía del fracaso. Creo que no hay otro tema más recurrente en primera y última instancia porque no estamos fabricados del material con que se forjan los sueños, sino de anhelos y deseos no satisfechos, no cumplidos. A mí es uno de los puntos que más me hacen reaccionar, del mismo modo que algunos aromas cercanos y penetrantes. Pienso que, a poco que se profundice, es ése el único material extraíble de nuestro suelo visible y de nuestro subsuelo menos visible. Todos los temas no son más que múltiples, infinitas variaciones de su propio desarrollo, abordado desde innúmeras posiciones y desde perspectivas a menudo inverosímiles y enmascaradoras que actúan como opiáceos evanescentes. Pero todo es fracaso. Todo. Empezando por mí.

En el diario inédito Instantes intestinos e inconstantes, entrada de 21 de Septiembre de 1997

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