LAS IDEAS FALSAS DE ROZITCHNER (4)

“PENSAR ES COMPLICARSE DEMASIADO”

¿Cuántas veces no habremos oído semejante disparate? Demasiadas. Es una de las falacias más repetidas por aquellos que “van de guay”, que creen que la vida viene a uno, y que nos debe pleitesía. Aunque parte de una falsedad bien neta: no podemos dejar de pensar. El cerebro no para nunca, ni durmiendo. Pero, para unos cuantos “cerebros descerebrados” lo bueno es no pensar, pues esa acción complica todo, incluido lo sencillo y hasta lo simple.

No es una opción real: ser una persona es estar pensando todo el tiempo. Tenemos conciencia, y esa voz que albergamos nos aboca a hacerlo de continuo. El único modo para dejar de hacerlo es matarse, lo cual no es opción desdeñable para quien tal despropósito afirma. También hay quienes buscan alterar esa conciencia con sustancias que alteren tanto la percepción como el mismo pensamiento. Pero eso no logra en realidad hacer callar el pensamiento. Como mucho, se perciben cosas que antes no, aunque la verdad es que a la larga provoca que pensar sea más lento y difícil; no en vano las drogas son las principales causantes de la pérdida masiva de neuronas en la adolescencia, la juventud y la primera madurez. Pero con las drogas aún se logran algunos beneficios. Los más estúpidos lo intentan con alguna obsesión, por lo general tan estúpida como ellos mismos, que les procure estar todo el día pensando en algo que no tenga demasiada importancia, por lo general vacío, banal e improductivo.

Entendemos que haya ocasiones en que no querer pensar sea justificable. Por ejemplo, cuando uno está viviendo una situación muy angustiosa o difícil. Lo entendemos y lo justificamos, pero no lo admitimos. Pensar es lo único que nos sirve para salir del hoyo, estemos bien acompañados o inmersos en la mayor de las soledades. Pensar es lo único que nos diferencia de quienes sólo sobreviven porque han sido traídos a este mundo. Por tanto, no se trata de dejar de pensar. Se trata de entender qué es pensar y de aprender a hacerlo.

¡Casi nada! ¿Aprender a pensar? Pues sí. Ninguna tarea revierte tantos beneficios por tiempo empleado en su aprendizaje. Ninguna nos proporcionará mayor libertad de acción, anticipando peligros, males, y aprovechando las mejores oportunidades con cálculo, inteligencia y realismo. Pensar no sólo no trae mayor complicación (salvo que sea haga mal, o a destiempo, o fragmentariamente). Pensar bien aporta siempre soluciones, dado que la vida por defecto es muy compleja y nosotros solemos complicarla, precisamente cuando pensamos mal (o no pensamos). Pensar no es complicarse demasiado, es intentar lograr la cota de mayor humanidad que podamos llegar a alcanzar.

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