AMORES FANTASMAS (MICRORRELATO)

Mi madre vuelve a consolarme de mi desgracia. Le recuerdo que me han dejado ya demasiadas veces. Replica que nunca son demasiadas, que merezco más. Recapacito un poco. Tal vez tenga razón. Leo de nuevo otra antología de cuento gótico. No puedo evitar enamorarme de la protagonista. Es una mujer fantasma de gran solera. Capto similitudes entre ella y la última. Acaso todas ellas alberguen un patrón oculto. Su cuerpo se desvanece siempre en el último momento, justo cuando creo que voy a conjurar mi estado virginal. Puede que una maldición me haya señalado con su dedo. Es posible. Bien saben los hados que he intentado que me gustara una mujer de carne y hueso; “real”, digamos. Pero me ha sido imposible. Mi timidez me bloqueaba ante la rotundidad de sus formas, y su discurso me ha apabullado siempre. Me defiendo mejor con las heroínas decimonónicas de los grandes folletones. Pero me dejan siempre. Lloro demasiado. Soy demasiado débil y debería cambiar. Sin embargo, ¿quién quiere cambiar? Me han dejado demasiadas veces, y un regusto de fracaso continuado conforma mi ser más profundo. Mi madre sigue apostillando que nunca son demasiadas, que debo insistir, que todavía no he sido humillado a plenitud. Vuelvo a recapacitar. Como siempre, es probable que le asista toda la razón.

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