VELOCIDAD RELATIVA (MICRORRELATO)

La liebre volvió a retar a la tortuga. Esta aceptó y, como es natural, llegó la última, aunque riendo a carcajadas, como tantas veces. La liebre, molesta por la hilarante indolencia de aquella perdedora, le preguntó por qué, pese a tanta derrota seguida, se reía tanto. La tortuga respondió, flemática: ≪cuando llego, siempre en último lugar, me da por pensar la de kilómetros sensatos que voy a andar yo en mi vida, después de que tú hayas dejado de correr sin sentido para siempre≫.

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