RILKE INICIA EL PROCESO

Rilke me toma del brazo y me traspasa una inexplicable perturbación. Debajo, el abismo tras unas letras. Y el paisaje incompleto de un viaje hacia lo inalcanzado. Apenas nada más. Sólo sueño, y la memoria de su ejemplo, con paso seguro, fortalecido desde la duda y el peregrinaje eterno, digno. Sólo sueño y la memoria de la lectura, escribiendo ensimismado, y buscando y troceando aquel engarce sonoro tan perfecto como una pluma.

El sueño me ha arrancado de los mundos de los que huía. Desde una altura insospechada, todo es más grande e inexistente. Al bajar, la expresión de mi rostro impasible lamentaba el tiempo perdido en pensamientos acristalados por un perfume con deseos de gloria. Al llegar, sólo perturbación y el abismo tras unas letras. Como en un viaje absurdo e inmóvil, pero necesario.

Del libro inédito Prosas tristes, arias profanadas,1998

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