LAS LISTAS DE PROPÓSITOS, OTRA VEZ

Tener propósitos es esencial. Es uno de los motores clave en la vida. Y la época del año en que más se realizan es justo cuando cambia el guarismo en el calendario. De hecho, los días previos a la nochevieja y los primeros del año nuevo, aparecen, como por ensalmo divino LAS LISTAS DE PROPÓSITOS. En ellas, cada quien compone, de una forma ordenada y bastante convincente, una relación de las tareas que se propone realizar a lo largo del año entrante. No tiene nada de malo. Aunque sea una estupidez, nos ayuda a autoengañarnos un poquito, que es lo que más nos ayuda a seguir adelante. No a avanzar, pero sí a proseguir en la huida hacia adelante que es la mayoría de las existencias. No es un mandoble a izquierda y derecha: yo también las he elaborado, las elaboro y seguiré elaborándolas, e incluso poniéndolas por escrito, cuando la ocasión así lo requiriese.

Yo, el año pasado por estas fechas, compuse una donde figuraban siete puntos, de los que he realizado cuatro, y tres se han quedado, como tantos otros, agazapados, vírgenes e inmaculados. No me quejo. De hecho, dos de los cuatro realizados han sido muy importantes para mí, lo que me ha dejado muy contento. Claro que uno de los no logrados era clave en realidad, y ahí quedó, lo que en este caso me deja un regusto algo mohíno. De modo que el balance que resta es complicado de evaluar. Satisfacción decepcionada, o decepción agridulce, o etcétera. Como pasa siempre, será lo que uno quiera creer, dependiendo de hacia qué lado inclinar el fiel de la balanza, o tan sólo la mirada. Y, no, no voy a explayar cuáles fueron los planes que me marqué, ni los logros ni los vacíos. Pero cualquiera me entiende, si se entiende a sí mismo.

Y, sí, sí, acabo de terminar mi lista de propósitos para el nuevo año, que tampoco desvelaré, pero de la que puedo apuntar que consta sólo de dos puntos. Uno de los cuales habrá de ser esencial. Y, si se concreta, creo que de la realización del mismo se podrá ver su materialidad en este mismo marco precisamente. En forma de palabras, comme il faut. Lamento no ofrecer más pistas. No sería decoroso ni elegante.

Claro que este año, en el que cumpliré los 60 añazos que me permitirán jubilarme, y en el que protagonizaré el mayor cambio en mi vida de los últimos 30 cursos, con llegar al día 1 de enero de 2024 vivo, ya habrá sido bastante. Seguiremos informando, para solaz de interesados, interesadas y neutros en interés. Feliz año, por último, a cuantas personas hayáis llegado leyendo hasta aquí.

2 Comentarios

  • Sasy
    Posted 13 de enero de 2023 21:28 0Likes

    Feliz año mi querido y añorado Maestro.
    No sé cuando ni cómo, pero espero que nuestras miradas y nuestras palabras vuelvan a cruzarse en algún momento de nuestras vidas.

  • Eduardo Arias Rábanos
    Posted 13 de enero de 2023 23:48 1Likes

    Pues antes de que mis huesos se dirijan -pienso que definitivamente- a La Coruña, me encantaría que dicho cruce se produjera. De no ser así, en esa ciudad del noroeste, por la que pasa siempre todo el mundo alguna vez, podría tener lugar un reencuentro no por dilatado menos deseado. Ojalá, que en árabe quiere decir: dios lo quiera. Aunque quienes debemos quererlo somos nosotros. Feliz año, corazón, y gracias por seguir ahí siglo a siglo. Muaaaa

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