LARA (NOVIEMBRE, 2014)

Esta joven, que posa al modo clásico, con cierta seriedad, había terminado su bachillerato justo ese año, y cuando realizamos esa sesión de fotos, ya principiaba sus estudios universitarios de filología hispánica. En todo el período de la secundaria, había sido alumna mía en tres o cuatro ocasiones. Aunque nunca había destacado por excesiva brillantez, siempre había obtenido buenas notas. Era habladora, pero inteligente, y aprendió a saber cuándo echar el freno. Con los años y la especialización progresiva, la encontré más cómoda en mis clases. A mí también me gustó cada vez más tenerla en clase. Tuvimos buena relación. Tampoco la mejor, pero la recuerdo con agrado, porque además era muy divertida.

Ayer me enteré de que aprobó sus oposiciones. Será profesora de instituto. Tendrá plaza, según aseguraba aún sin creérselo del todo. Mi alegría ha sido enorme. Tengo otros ex-alumnos en parecidas circunstancias, pero ella es la primera de la que sé con certeza que superó todas las pruebas, y que formará parte del joven reemplazo que nos sustituirá a quienes pronto nos jubilaremos. Noticias como ésta justifican tantos momentos duros, tantos esfuerzos contra corriente, tanta constancia… ¡Bien por Lara! Ojalá no sea la única que me comunique estos fantásticos resultados

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