INUTILIDAD DEL SACRIFICIO

Los sacrificios más inútiles son aquellos que transportan palabras y las reúnen como si fuesen notas de música que se rompen entre desgarros. Por eso, cuando elijo, sacrifico siempre alguna de esas palabras en bien de un pretendido ritmo, de una subjetiva eufonía, de una intensidad creciente. Sólo así puedo contemplar la verdadera realidad: cómo cada construcción se alza sobre un muladar fonético, sobre una previa destrucción. Y aun así, permanecer impávido ante la falta de acomodo en el ensamblaje de las piezas, tomando cabizbajo el camino tan hollado de la rotura, del desgarro, a la par que me empecino en preservar esas migajas. Y, de igual manera, puedo antever otro final, como el inicio, tan excitante e inseguro, tan dilatado, estéril y abierto como un lago de arena verde.

Del libro inédito Prosas tristes, arias profanadas. 1998

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