¿EN QUÉ PIENSA LA GAVIOTA?

¿En qué piensa la gaviota cuando surca el aire con esa facilidad que tanto nos asombra? ¿Piensa, siente, contempla?

Vaya por delante que no soy muy amigo de las gaviotas. Viajo bastante (y aunque no viajara, vivo en ciudad costera) y he tenido oportunidad de observar su comportamiento agresivo, violento y territorial. La he fotografiado de muchas maneras distintas, y en todas ellas, si el ojo aparece nítido, la impresión que brota es que las gaviotas entienden. Por eso, cuando consigo una toma en la que la mirada se plasma con intensidad no dejo de hacerme preguntas como las que iniciaban esta entrada.

No soy muy amigo de las gaviotas, insisto, pero me fascina su belleza. Una cosa compensará la otra, supongo. Hubo un tiempo en que -sí, yo también- quedé hipnotizado por la trama espiritualista de aquella novelita que hizo furor hace años: Juan Salvador Gaviota del aviador Richard Bach. Su lectura me impactó mucho, hasta el punto de que uno de mis primeros pinitos de crítico literario surgió de su repetida lectura. Como ficción estaba bien. Aún hoy se lee con agrado si consigue uno limpiarse el almíbar que rezuma cuando se leen algunos párrafos, y se la contempla en abstracto. Pero ya en aquel libro, las fotografías en blanco y negro que ilustraban la peripecia de la inconformista y rebelde gaviota eran fantásticas, y supieron extraer belleza de un animal que resulta muy fotogénico.

Y, no. No soy muy amigo de las gaviotas. Pero no dejo de fotografiarlas, de contemplarlas, de intentar adivinar sus movimientos o intentar comprender su inteligencia, que no me parece de las menores del reino animal. Y aunque a veces me horrorizo por su crueldad amoral, la blancura de su plumaje, la evolución de su vuelo o el ingenio de que hacen gala, me siguen atrayendo de un modo inevitable. Si bien siempre, siempre, me quedo rumiando mi duda: ¿qué estará pensando la gaviota? Sobre todo si yo la miro, ella capta mi mirada y consigo capturarla.

Deja un comentario