ÉL QUIERE SER LA ESTRELLA (MICRORRELATO)

Cuando la luz lo enfoca, él sabe que no es la gran atracción del circo, que jamás lo será, y que su condición niega que pueda serlo. Sin embargo, no se conforma con su naturaleza y persiste extendiendo su intervención una y otra vez. Cuando el foco lo señala, su maquillaje absorbe la luz, y el brillo lo transporta a una nueva dimensión, donde él el es protagonista absoluto. Dueño de una dicción inmejorable, acaba siendo silbado muchas veces, porque dilata en exceso su aparición, a menudo refiriéndose a sus compañeros, si bien siempre lo hace en tono elogioso. Como el público desea que los números se sucedan con rapidez, para que el efecto hipnótico y mágico del espectáculo no decaiga, en ocasiones llegan a abuchearlo. Cuando eso sucede, en un rapto de dignidad, toma el micrófono y pide disculpas por sus ditirambos, carraspea, y da paso con dos breves frases al número siguiente, que pugna por salir, y que algunas veces irrumpe impetuoso en la arena central, cuando todavía no ha finalizado su presentación. Si así sucede, el público prorrumpe en una rendida salva de aplausos, que el orgulloso jefe de pista atribuye siempre, como es natural, a su propia experiencia en estas lides y a su propio mérito personal

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