EL MATRIMONIO MÁS MODERNO: CON UNO MISMO

Me entero de que hay en nuestros días un boom narcisista en los países avanzados (¿dónde si no?) y que lleva, ojo al dato, a que haya personas (sic) que consideren que casarse con uno mismo (o una misma) sea una opción no sólo lógica o válida, sino para la que se solicita una cobertura legal.

Según parece, una de las primeras en abrazar la brillantísima idea fue una fotógrafa (…), de nombre Grace Gelder, que declaró que se lo había planteado muy en serio, “al no encontrar a nadie mejor”, y tras varios años de soltería. ¡Pues claro! ¡Cómo no se nos había ocurrido esto antes! Y los juzgados colapsados por trámites de divorcio de matrimonios fracasados, dilapidados, estrellados y muy mal avenidos. Con uno mismo -o misma-, eso no se contempla, pues nadie que llegue a ese nivel tiene la autoestima tan floja como para cuestionarse haber matrimoniado consigo mismo. De modo que uno de los remedios para la crisis matrimonial que en los países avanzados roza el 50 % es justamente ésa: uno mismo. Ya lo decía el refrán castellano: “el buey suelto, bien se lame”, que era mucho más ecológico aunque no menos acertado que el de “más vale solo que mal acompañado”.

Y parece que el gesto de la fotógrafa británica no cayó en saco roto, pues desde ese 2014 de su auto-boda, su ejemplo ha cundido y decenas de personas han subido a altares improvisados y pronunciado un “sí, me quiero” tan sincero como entusiasta, que es siempre jaleado por sus invitados. Así que no se piense que esto es cosa de broma, no. El asunto ya ha sido estudiado por mentes capitalistas que ven en ello material donde medrar y hacer engordar las correspondientes inversiones, sea en bitcoins o en dólares de toda la vida. Y la CNN ha comunicado a sus bien informados espectadores que hay diseñadores de joyas que venden ya por internet un kit con un anillo hecho a mano, así como instrucciones para la ceremonia y una tarjeta de afirmación para cada día de la semana. Y si quienes entienden de plata, se han puesto a ello, es que la cosa fructificará, y no se esperan fracasos al respecto. Ya seguía diciendo el refranero que el amor al prójimo empieza por el amor propio, o sea, a sí mismo -o misma-.

El siguiente paso es lograr la cobertura legal que formalice el gigantesco salto en la entronización del individuo consigo mismo, en lo que supondrá el espaldarazo definitivo a establecer que el narcisismo es lo más. Los partidos políticos ya están avisados, y algunos ya han tomado postura, asumiendo con pasión la defensa del matrimonio consigo mismo (self marriage, que en inglés queda más chachi). E insisto, no se lo tome nadie a broma, porque el principal valedor mundial de esto es nada más y nada menos que el intelectual más reputado en todo el mundo cibernético: Donald Trump. Este estaría moviendo hilos entre bambalinas para que cuando esté listo el momento de librarse de Melania, poco después lleve a cabo el definitivo auto-matrimonio con la única persona que no le defraudará jamás. Él sería más feliz, y del resto del mundo ya ni hablamos.

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