Tengo 53 años. Toda mi existencia ha estado unida de forma directa o indirecta a un aula. Llevo 26 años dando clase: casi la mitad de mi vida. Y me entero ¡anteayer! de una cuestión etimológica esencial. Resulta que el origen de la palabra escuela es latino, cosa que yo ya sabía: schola, que significa lo mismo que el vocablo castellano. Pero lo sorprendente viene cuando leo que la palabra latina proviene, a su vez, de la griega σχολή (skholé), que significa tranquilidad, ocio, tiempo libre. Al parecer, los griegos pensaban que sólo en el tiempo de ocio era posible la conversación y la meditación, base de todo conocimiento duradero. Una vez que me enteré del asunto, bajé la cabeza avergonzado y decidí expiar mi falta comunicándola por aquí al respetable, por ver si así se me pasa algo esa sensación tan personal, tan poco explicable, y tan poco comprensible desde otro punto de vista que no sea el mío propio.
2 Comentarios
Emma
Me entero ahora mismo de la etimología griega de la palabra en cuestión y me pregunto: ¿dónde y cuándo nos hemos perdido tanto, como para convertir la Escuela en un lugar en el que, la mayoría de las criaturas, no solo no disfrutan, sino que no aprenden?
Eduardo Arias Rábanos
Nunca lo sabremos, pero fíjate que te has retrasado sólo un poco con respecto a mí en lo de enterarte de esto que contaba. Y es que ese debate entre lo que se debe y lo que no se debe, es cosa eterna, me parece. Lo importante es que siga habiendo personas a quienes el entusiasmo les pueda por encima de los conocimientos teóricos. Sólo de ese modo aprenderá quien enseña y quien recibe la enseñanza. Gracias por comentarrrrr