DESORIENTADO

Y tú, ¿qué miras? ¿Eres acaso mi hijo? ¿No? ¿Sabes, pues, dónde vivo? ¿Tampoco? ¿Y no me ayudarías a encontrar mi casa? Es de ladrillo con azulejos, me parece, y hay varios pisos: cinco o seis. Mi mujer me espera. Salí a tomar un café hace un rato, y al salir del bar, la plaza no me sonaba de nada. El bullicio, sí, pero la plaza… No tengo ninguna plaza cerca de mi casa. Debo de haber andado mucho. ¿Podría dejar de apuntarme con ese ojo grande? Gracias. ¿De veras no es de aquí? ¿Sabría quién podría ayudarme a encontrar mi casa? Mi mujer estará preocupada, creo.

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