Hoy en clase, al hilo de unas cuestiones de economía, solté mi teoría sobre cómo acabar (o al menos, reducir su impunidad) con los ladrones de gran escala. No me referí a los desgraciados que acaban en una cárcel por unos hurtos que no alcanzan los mil euros, sino que estaba señalando a banqueros, políticos, corredores de bolsa y otros…
Aquella rosa creció sola rodeada de enredaderas diversas y de arbustos bien podados de naturaleza humilde y colectiva. Su soledad resultaba más notoria porque su colorido destacaba muchísimo ahora que había florecido. Se trataba de una flor muy individualista, y tan petulante que creía que era la única planta que daba glamour al jardín de aquella casa: todo lo demás…
Discutía un mozo con el parroquiano más viejo del lugar sobre el origen de aquella escultura que figuraba sobre la puerta de entrada al pueblo. El joven intentaba hacer valer sus estudios de bachillerato para justificar que aquel era Cristo crucificado, pero de modo realista, pues los romanos crucificaban así, y no clavaban, porque de ese modo la agonía era…
La chiquilla no había dejado de berrear en toda la tarde. Sus padres lo habían intentado de todos modos, con regalos, con chucherías, con promesas, con amenazas, con algún azote (reprimido severamente por las miradas de algunos mirones cercanos). Nada. La cría no callaba, porque ¡quería volar!, y nadie le hacía suficiente caso. Por fortuna, se me ocurrió la solución.…